
Marchesi, Coll y Palacios (2004)refieren que desde el momento en que los padres conocen la existencia de una discapacidad, la preocupación por el presente y el futuro del niño va a acrecentarse enormemente. Ésta preocupación de fondo acompaña a la familia toda la vida, con menor u mayor intensidad dependiendo de los casos, del momento evolutivo del niño, de los recursos personales y de las condiciones de vida. A lo largo del desarrollo del niño de los padres van a tener que decidir sobre tratamientos médicos, elección de profesionales y elecciones educativas. Van a sentir en muchos momentos, sobre todo al comienzo, que no tienen suficientes elementos de juicio para tomar decisiones que pueden ser definitivas para la evolución de sus hijos.
Otro aspecto nada desdeñable va a ser el aumento de dedicación que en general supone un hijo con necesidades especiales. En muchas ocasiones los niños con discapacidades requieren muchos más cuidados físicos, así como más tiempo de interacción y más situaciones de juego o estudio compartido. Se puede afirmar en todos los casos tener un hijo con necesidades educativas especiales y fuente de preocupación y tensión, muy variables en función a las características individuales, familiares y sociales. (pp.472-473)
“manifiesta que la forma en que los padres de un niño con impedimento trabajen con éste en estas primeras etapas del desarrollo dependerá de las creencias personales de su familia acerca de la crianza de niños, la edad de su niño y la naturaleza de su impedimento”.( pp.1-8)
Álvarez (2003)
Un punto importante de recordar es que la mayor parte de los asuntos regulares presentes en la crianza de niños habrán de aplicarse.
Los niños con impedimentos pasarán a través de las etapas usuales de su niñez. Puede que ellos no pasen a través de las etapas a la misma edad ni del mismo modo que los otros niños, pero es importante siempre exponerlos a estas etapas. Generalmente, los padres creen que todos los niños deben ser tratados del mismo modo, pero en la práctica, esto usualmente no es el caso porque todos los niños tienen personalidades diferentes y reaccionan de manera diferente en situaciones similares.
Pero el hecho de que los niños no sean iguales, no quiere decir que no vayan a tener las mismas oportunidades.
Entre sus oportunidades debe estar la posibilidad de asumir mayores grados de responsabilidad e independencia. Puede haber muchas formas en las cuales un niño puede ayudarse así mismo o a otros miembros de la familia, incluyendo tareas alrededor de la casa. Tomando en cuenta las fortalezas y limitaciones del niño, el padre debe considerar cuales pueden ser estas actividades. Al tiempo que el padre cuente con el y alienta al niño a sumir responsabilidades, su sentido de orgullo propio y competencia también aumentarán.