Según Alcántara (1993) la Autoestima tiene tres componentes (Componentes de la Autoestima): cognitivo, afectivo y conativo o conductual. Estos tres componentes están íntimamente correlacionados, de manera que una alteración en uno de ellos comporta una alteración en los otros. Un aumento en el nivel afectivo y motivacional nos abre a un conocimiento más penetrante y a una decisión más eficaz.
- Componente Cognitivo: Nos indica idea, opinión, creencias, percepción y procesamiento de la información. Nos referimos al autoconcepto definido como opinión que se tiene de la propia personalidad y sobre su conducta. El autoconcepto ocupa un lugar privilegiado en la génesis, crecimiento y consolidación de la autoestima.
- Componente Afectivo: El elemento afectivo es una dimensión que conlleva la valoración de lo que en nosotros hay de positivo y de negativo, implica un sentimiento de lo favorable o desfavorable, de lo agradable o desagradable que vemos en nosotros. Es sentirse a gusto o disgusto consigo mismo; es admiración ante la propia valía. Es gozo y deleite de la grandeza y excelencia enraizada en nosotros mismos, o dolor y tristeza ante miserias y debilidades; es un juicio de valor sobre nuestras cualidades personales. Es la respuesta de nuestra sensibilidad y emotividad ante los valores y contravalores que advertimos dentro de nosotros mismos. Se puede formular “mayor carga afectiva, mayor potencia de nuestra autoestima.
- Componente Conductual: El elemento conductual de la autoestima significa tensión, intención y decisión de actuar, de llevar a la práctica un comportamiento consecuente y coherente. Es el proceso final de toda dinámica interna. Es la autoafirmación dirigida hacia el propio Yo y en busca de la consideración y reconocimiento por parte de los demás. El esfuerzo por alcanzar una fama, honor y respeto ante los demás y de nosotros mismos.
Por otro lado Eguizábal (2004), apoya lo anteriormente señalado y añade que el componente cognitivo, supone actuar sobre “lo que pienso” para modificar nuestros pensamientos negativos e irracionales y sustituirlos por pensamientos positivos y racionales; el componente afectivo, implica actuar sobre “lo que siento” sobre las emociones y sentimientos que tenemos acerca de nosotros mismos; y el componente conductual, supone actuar sobre “lo que hago”, esto es, sobre el comportamiento, para modificar nuestros actos.